Cuento mis pasos, desde la humilde pobreza de mis ojos, desde que el sol tramonta al cerro del Comal, y despiertan soñando los suspiros nixtamaleros de la nostalgia; los empedrados cantan sus ecos bajo los asfaltos, Correteados por el canto de los gallos y el viento acaricia el aroma del pan.
Mas tarde, los hilos que ensayaron colores por la noche, esperan a las manos para despertar, para entretejer a las risas y los llantos Juntos y construir la vida, desde el heroico recuerdo de la historia.
Uriangato;
tu voz Purépecha anida en mi corazón. Desde la imagen de tus cerros hasta las campanadas tierras de tus valles; me recuerdas cañaverales, lechugas calabazas y maíz, donde a cada paso de mis pies descalzos me abrasa el silencio de la temprana tarde, donde el sol se pone levantado y tus noches majestuosas se visten de misa y rosarios para buscar al amor, en el camino redondo que se vuelve nube, cielo o precipicio.
Yo guardo para mí, tu kiosco de banda de viento, tus árboles enamorados, y tu cielo de pájaros:
Uriangato
tu nombre me canta en la piel como brisa fresca de primavera, como tarde de fortines abrumados por las ansias de defender a tu pueblo de heroica sangre hermana de la muerte. ¡Déjame vestir tu gloria con mi admiración! ¡Déjame recordar tus nombres con letras de oro dentro de mi alma: ! Salvador Urrutia, Timoteo Tena, Francisco Servín, Sixto torres Francisco Juárez, José Gonzáles, Luis Díaz, Florencio Pito, Daniel Contreras, Cristóbal Torres, Trinidad Arizaga Primitivo y Baltasar Rosiles, Zenón y Emilio Vásquez, y todo el pueblo que unió el destino para defenderte.
Uriangato
Bebo tu noche de aguardiente chinguirito, bebo tu aliento de lechuga y colinabo, a tus ancianas charamuscas de Semana Santa y a la noble soledad de tus portales.
Uriangato Pueblo de mi corazón, en tu regazo duerme temprano el sol para soñar contigo.
José Francisco
Ausencia.
Desde sus manos, alguna vez poblé mis sueños. Ciego y mudo, escuché su canto.
De su voz, me hablaban las aves cuando el silencio huía de la tierna tarde.
Desde sus ojos, océanos de gloria poblaron mis pensamientos y ráfagas de místicas sonrisas perforaron la tierra hasta llegar a mi corazón.
Su amor se fue como se van los pájaros del alba; en vano su presencia inerte y su mirada esquiva; en vano su silencio. Sus palabras aún flotan en mi viento, pero su camino cansado ya estaba lejos de mí.
Recientemente se ha vuelto un lugar común la frase: “romper arquetipos.” A mi entender, un arquetipo es el ritmo cotidiano de la existencia, es decir, vivir en una sociedad previamente planificada donde las reglas morales y sociales son ineludibles; el vestir, comer, dormir, hablar, trabajar, pensar, conforman una manera de existencia como si viviéramos dentro de un carril sin posibilidad de abrir nuevos caminos, ni nuevos conceptos e ideologías de existencia.
Pero, ¿cómo romper? ¿cómo cambiar la estructura tan dificultosamente formada precisamente por rotura de arquetipos? Curiosamente, la mayoría de intentos de vanguardia, se basan en la “descomposición.” No es un camino nuevo, no se voltea hacia lados inexplorados sino que se trata de, destruir los existentes, en una falsa convicción de que se transita en “vanguardia.” Tal vez lo que verdaderamente se buscano es romper arquetipossino, la correspondencia como vínculo más allá de formulismos teóricos y no teóricos. Lo que busca el “ser” es corresponderse en su sustancia,su “yo”; en su independencia o en el complejo concepto de libertad.
Entenderse de una manera total desde la más pequeña parte de la célula hasta los más altos niveles de espiritualidad. Para nadie es un secreto la plurivalencia de los significados, se da más comúnmente en la poesía, dado que el poeta utiliza otras formas de comunicación como: la intuición o el subconsciente, entre otras, pero también se da en toda manifestación de arte, incluso se manifiesta en toda comunicación del ser humano. La plurivalencia tal vez sea parte de una comunicación incompleta, cuyo valor de correspondencia depende de la capacidad de entendimientoy de la semejanza existencial y cognoscentede ambos individuos. Podría ser que la finalidad de la comunicación sea, entrar en un ritmo, algo que quizá todos llevamos de origen, y no me refiero al ritmo de escriturani de pensamiento ya que estos están regidos por manifestaciones vitales y finitas. Me refiero, a un ritmo cósmico de integración, un compartir la sensación de existencia de una forma plena, sin desconocimiento de nada y sin limites de ninguna especie.
Romper arquetipos como una forma de acercamiento a la plenitud sería lo deseable. Destruir caminos ya existentes y construir con esas mismas ruinas otros caminos, es sólo un intento débil de comunicación y un deseo de encontrar la tan anhelada correspondencia.